El departamento maldito

17.07.2013 01:40

Ya con mi esposo después de haber vivido varios años en un casa decidimos cambiar de ambiente y buscar otra que nos convenga tanto en el precio como en el espacio, que ya el departamento que alquilamos nos era muy chico. Nos fuimos con Javier a almorzar y charlando de cómo hacer para conseguir el departamento que necesitamos, una señora de aspecto muy agradable se nos acerca y nos dice: “Fue inevitable escuchar su charla y no ofrecerles ayuda, mi hermana tiene un edificio con departamentos muy amplios y baratos” nos alcanzó un papel con la dirección y el número de teléfono.

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Al día siguiente fuimos a ver el edificio, pues se encontraba un poco alejado de la ciudad. Entramos y vimos los departamentos que eran realmente amplios, y además estaban muy bien cuidados, decidimos alquilarlo. Nos trasladamos y todo andaba bien hasta dos semanas después, que las cosas comenzaron a aparecer en otro lugar o simplemente desaparecer. Pensábamos que alguien entraba en nuestra ausencia pero no, una vez me lavé los dientes, dejé la pasta dental cerca al lavado, me di la vuelta por un momento y toda la pasta dental estaba derramada y el frasco totalmente retorcido.

Después comenzaron a pasar cosas extrañas en toda la casa, los platos sonaban a media noche y a veces, especialmente yo, sentía pasar una mano por mi espalda, mi cintura o mi cabeza, era realmente espantoso, cuando de pronto un día cuando mi esposo se terminó de vestir para ir al trabajo y se sentó en el sofá para atarse las cuerdas del zapato y de pronto vio a un hombre algo robusto, muy bien vestido, ya de avanzada edad y con una pistola en manos a su lado, el gritó y cayó desmayado.

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El mismo día la anciana que nos rentó el departamento murió de un disparó nadie sabe que pasó, después de esa ocasión, el hombre volvió a aparecerse en el espejo cuando mi esposo estaba ahí esta vez llevaba un cuchillo, al día siguiente yo aparecí con un corte no muy profundo pero sí muy grande en la espalda, desde ese día no volvimos al departamento. Muchos vecinos nos dijeron que ahí vivía uno de los hijos de la dueña del edificio, que se ahorco porque su esposa lo engañaba.