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La leyenda del Orang pendek

09.01.2016 07:05

Orang pendek o “pequeño hombre” sería una criatura similar a un pequeño mono que supuestamente vive en los bosques de Sumatra, Indonesia. Según la leyenda, el orang pendek medía entre 0,75 a 1,50 m de altura y tiene el cuerpo totalmente cubierto por el pelo marrón y cuenta con un cabello grueso y espeso que sube a la mitad de la espalda o más. Los brazos son más cortos que el del simio antropoide. Las huellas se parecen a la de un pequeño ser humano, sólo que más larga. También se cree que es muy fuerte según los testigos que lo han visto. Se alimenta de frutos y pequeños animales. El animal se habría visto y documentado por lo menos durante cien años por las tribus de los bosques, por los locales, colonos holandeses, científicos y viajeros. El consenso entre los testigos es que el animal es un primate bípedo. Momias que fueron supuestamente orang pendeks fueron vendidos a los turistas que visitan el lugar. En el siglo XIII Marco Polo vio momias que se hicieron con los cadáveres de los nativos del lugar.

El Orang pendek y animales similares históricamente se han reportado en todo Sumatra y el sudeste de Asia, los avistamientos recientes se han producido en gran parte dentro del Parque Nacional Kerinci en Sumatra. Deborah Martyr, investigadora que ha trabajado en la zona durante más de 15 años, entrevistó a cientos de testigos, y afirma haber visto personalmente el animal en varias ocasiones, da la siguiente descripción: Por lo general no más de 85 o 90 pulgadas de alto – aunque a veces tan grandes como 1m y 20 cm. El cuerpo está cubierto por una capa de color gris oscuro o negro salpicado con el pelo blanco. Pero es el gran poder físico del orang pendek que impresiona a los que lo han visto. Estos hablan con reverencia de sus hombros anchos, gran pecho y el abdomen superior. Las piernas, en comparación, son pies cortos, delgados y pequeños, por lo general conectados a un ángulo de hasta 45 grados. La cabeza similar al gorila y que parece ser un reborde óseo sobre los ojos. Pero la boca es pequeña, los ojos están bien separados y la nariz es claramente humanoide.

Cuando se asusta, el animal expone sus dientes, revelando extrañamente grandes y prominentes incisivos caninos, largos. Un equipo de cuatro exploradores británicos y guías de Indonesia lo siguieron a través de la selva traicionera y densa del Parque Nacional Kerinci Sumatra, donde dos de ellos habrían tenido un vistazo de los orang pendek. Richard Freeman, el zoólogo de la expedición y director zoológico del centro, dijo que cree que la criatura es una especie no identificada de mono. “Encontramos varios conjuntos de marcas en el barro y la tierra”, dijo.

Orang pendek y sus huellas encontradas

Sé que estas huellas no fueron hechas para todo tipo de mono, y no son hechas por cualquiera de las especies conocidas que habitan en el parque. “Fue un mono -, pero no es un tipo de mono conocido – está más adaptado a caminar erguidos.” Freeman dice que dos miembros de la expedición vieron a la criatura detrás, pero por desgracia, el equipo no pudo conseguir una foto.

Qué es una leyenda?

09.01.2016 06:57

Cuando nos preguntamos ¿Qué es una leyenda? , qué se nos viene a la mente?

Leyenda se define como un relato que narra hechos humanos, es transmitido por generaciones y llega a tomarse tanto por parte del emisor como el redactor como un relato histórico. Una leyenda generalmente tiene credibilidad en lo que relata, sin embargo cuando las personas la van contando a otros y otros y otros va adquiriendo factores fantásticos. Entre las cualidades de una leyenda se encuentran que intenta hacer creer a las personas sobre acontecimientos que realmente sucedieron, cuando en realidad su contenido se basa en tradiciones no hechos reales.

Leyenda significa “lo que debe ser escuchado” se le dio ese nombre originado del latín “legenda”, Cuando se comenzaron a contar las leyendas, se contaban en público en festividades especiales. Desde antes del siglo XIX se le considera como una tradición popular. En literatura, la leyenda se considera como la narración de hechos ficticios.

Una característica especial de la leyenda es que es considerada como un relato, el cual es transmitido de manera oral en algún pueblo o lugar, llegando a nombrar incluso lugares reales, que podrían estar relacionados a la historia, incluyendo la mención de monumentos, personas o comunidades. Cuando las leyendas solo son orales, se caracterizan porque pasa el tiempo y van siendo modificadas por las creencias y testimonios de las personas, exceptuando cuando las escriben que ya no son modificadas más.

Así que la siguiente ves que algún familiar tuyo se siente a contarte una historia de terror o alguna leyenda que sucedió hace ya muchos años en tu locación. Presta mucha atención a las palabras que salgan de su boca ya que algún día te tocará a ti narrar la historia para que esta tradición nunca muera y pase de generación en generación como se espera que sea.

 

El árbol del diablo

08.01.2016 09:51

En mi comunidad se rumoraba sobre una un árbol que se decía pudiese ser del diablo, por lo personal tuve una experiencia demasiada catastrófica en dicho árbol.

Les comento un poco sobre el árbol, más que nada lo que más destaca en esta leyenda es que el árbol tiene aproximadamente más de 100 años, algo increíble debido a que muy pocos árboles alcanzan dicha edad, mis abuelos me comentan que en ese árbol solían ir a jugar por las tardes.

Siempre se ha comentado sobre dicha aparición de un sujeto extraño en ese árbol, aunque por lo personal lo viví de manera propia.

Actualmente todo alrededor del árbol es un parque en donde muchas personas suelen salir a divertirse, en fin mi historia va más o menos así:

Andaba regresando de viaje y al pasar por ese árbol note a una persona extraña haciéndome señas realmente obscenas, me sacaba la lengua e igualmente me apuntaba con su dedo que no era nada normal a un humano.

Como mencione anteriormente, estaba llegando de viaje y aunque quisiera no podía correr por mi maleta que estaba demasiado pesada, mientras más me acercaba me entraba más miedo.

Cuando por fin estuve demasiado cerca del árbol note que era un sujeto con patas de un cerdo(Algo realmente ridículo para esas personas que no creen o tienen otra mentalidad), aunque no lo crean tenía las patas de un cerdo y la parte de atrás lo que viene siendo su espalda tenía como una serie de pequeñas alas, la primera reacción que tuve fue correr pero no podía por mi maleta, juro que arrastre mi maleta hasta más no poder.

Antes de llegar a mi casa me tope con un amigo y se lo trate de comentar, era algo casi imposible para mí ya que estaba temblando y con mucho miedo, mi amigo se hizo el muy hombre y decidió ir a mirar a ver si podía ver a dicho sujeto en el árbol.

Cuando llegue a mi casa se lo comente a mi madre e inmediatamente me dijo que antes de dormir debía rezar tres padres nuestros, por que se decía que cuando ves algo extraño tienes la posibilidad de enfermarte.

Al día siguiente me sentía normal, aunque con un poco de miedo y más que nada confundido, mas tarde me tope a mi amigo y me comento que no vio a nadie en el árbol y que tal vez era una ilusión mía por el viaje.

En la actualidad muchas personas lo han visto principalmente los niños, así mismo todos los de la ciudad lo bautizaron como “El árbol del diablo”.

La niña

08.01.2016 09:49

Cuando tenía aproximadamente 11 años de edad una amiga falleció de la peor manera que una persona quisiera desear, estaban jugando con unos de mis otros compañeros de salón y se le ocurrió esconderse debajo de un tráiler de galletas, cuando el conductor arranco la llanta trasera le despedazo completamente la cabeza, muchas fuentes dicen que exploto como un globo.

En fin, desde esa noche que falleció esa niña se empezaron a expandir cientos de rumores sobre la presencia fantasmal de dicha niña, en lo personal tenía 11 años y me gustaba salir a jugar después de la escuela, obviamente en la escuela nos comentaron sobre nuestra compañera que había fallecido.

 

Muchas personas aseguran que escuchan el llanto de una niña cerca del lugar donde falleció, igualmente en lo personal me paso algo más extraño que un simple lamento.

Eran las 11 aproximadamente de la noche y era uno de esos niños que le gustaba andar por todos lados a altas horas de la noche jugando canicas o alguna otra cosa, en realidad mi madre no se preocupaba debido a que era una ciudad pequeña y más que nada la seguridad de la ciudad era muy buena.

Al acercarme al lugar del acontecimiento note a una niña corriendo por la calle, me pareció ver la silueta de dicha niña, ya que como mencione anteriormente la niña estaba estudiando conmigo en el mismo salón y la conocía perfectamente, me asuste demasiado Al ver a esa niña, no sabía qué hacer así que tome la decisión de esperar a que pase una persona o un coche para seguirlo y así no irme solo.

Estuve más de 1 hora esperando a una persona o coche que pase para no irme solo pero la suerte no estaba de mi lado, decidí pasar corriendo rápidamente y solo detenerme hasta llegar a mi casa, la verdad no sucedió así, debido a que cuando me acerque más escuche el llanto de una niña (Los rumores eran ciertos), sentí que mi cuerpo se decaía completamente, no podía ni respirar correctamente.

Lo que primero paso por mi mente era correr hasta llegar a mi casa y así lo hice, una de las experiencias de mi vida que nunca olvidare, aunque ahora ya tiene más de 5 años siempre serumora sobre esa niña de la cual pena cada noche, ya se ha vuelto una leyenda urbana en nuestra ciudad, la última vez que escuche sobre dicha niña era de 2 personas que visitaron la ciudad y no sabían sobre esa leyenda, valla susto que se dieron al saber que con la niña que platicaron estaba muerta.

La Leyenda del Señor que vivía con una Bruja

08.01.2016 09:46

Había una vez un señor que se enamoro de una muchacha muy bonita, pero cierto día el señor se fue a tomar cervezas con sus compadres y le dijeron que su novia era una bruja y que en la noche se convertía en cualquier animal. También le aconsejaron que en la noche la espiara para comprobar que era cierto.

 

El señor la espió en la noche pero el sueño lo vencía y se quedaba dormido. Entonces el señor fue a ver a una señora que era bruja. Ella le dijo que para ver a su novia se pusiera un escapulario y que cuando la muchacha se quitara su cuero de mujer, que al cuero le echara sal.

En la noche el señor se puso un escapulario y cuando la muchacha se levanto la siguió hasta un árbol de aguacate. Ahí la muchacha se quito el cuero de mujer y se convirtió en lechuza. El señor espero a que se alejara. Y cuando se fue el animal, el señor le echo sal al cuero de mujer.

Cuando la muchacha regreso y se puso el cuero de mujer, la muchacha se revolcó y lloraba del dolor.

Se cuenta que cuando la gente pasa por ese lugar se aparece la muchacha revolcándose y llorando del dolor.

Leyenda de brujas

08.01.2016 09:39

Se cuenta que una noche un viejo campesino montado en su burro a atravesaba el monte y estaba todo muy oscuro, hacia mucho frió de pronto el burro comenzó a rebuznar y a correr y acabo por tirar al suelo a su amo, el campesino asustado corrió por el monte sin parar tratando de encontrar al animal hasta que vio un resplandor entre los árboles y escucho unas voces como cánticos a lo lejos, se acerco hasta el lugar de donde provenían esas voces y el campesino alcanzo aescuchar perfectamente la voz de mujeres que cantaban reían y hablaban de manera extraña escondido entre las ramas pudo contemplar como en aquel monte habia numerosas mujeres vestidas con túnicas pintadas de manera extraña y corrían alrededor de una gran fogata levantando y bajando las manos cantando y gritando extraños ritos “eran brujas”, de pronto se escucho un rebuznar y vio como una de aquellas mujeres decap… a su burro, la bruja clavo la cab. del animal en una lanza y danzaba alrededor del fuego con ella pasando la lanza a las demás mientras la san. se deslizaba por el filo y era absorbida por las hambrientas bocas de las brujas, después de semejante acción las brujas se sentaron en piedras que estaban en circulo alrededor de una piedra mayor que era la de la bruja mayor, asustado comenzó a correr el viejo campesino queriendo llegar al pueblo pero antes de cumplir con su objetivo alcanzo a Juan y a marco otros dos campesinos que no creían en brujas y al pasar junto a ellos callo al suelo desplomado por el esfuerzo, pasaron unos segundos y el campesino murió, cuando amaneció Juan y marco fueron al monte y encontraron un montón de piedras, a partir de entonces se cuenta que la gente evita pasar por ese lugar del monte.

MICRORRELATOS: NEGRA NOCHE.

21.07.2013 02:19

Era una noche lluviosa. Las gotas de agua caían con violencia sobre los cristales de la oficina donde Leon Greene, jefe de la estación Maxthren, se había refugiado. Era la primera vez que se sentía extrañamente intranquilo: había trabajado durante una década en aquella estación, pero sabía que algo no iba bien, por lo que se vio obligado a salir de su refugio.

En cuanto puso un pie fuera de la oficina emitió un grito de terror antes de que su corazón se detuviera. El tren fantasma conocido como Nimbus estaba circulando entre sus vías.

Pripyat, la ciudad envenenada.

21.07.2013 02:14

Pripyat – La ciudad envenenada –

A lo largo y ancho del planeta, existen multitudes de pueblos y ciudades fantasmas, pero probablemente, ninguna tan espectacular como Pripyat. Esta floreciente ciudad, de 50000 habitantes, fué evacuada en menos de tres horas y desde aquel momento, hace ya 22 años. Nadie ha vuelto a pasear por sus calles.

Pripyat es una ciudad fantasma al norte de Ucrania en la región de Kiev, en cercanías de la frontera con Bielorrusia, la actual Belarús. Que debe su nombre al río que atraviesa la ciudad.

 

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¿Qué pasó?

Esta ciudad es conocida porque sufrió el peor accidente de la historia de la energía nuclear el 26 de abril de 1986 cuando se produce el sobrecalentamiento y explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl, el cual emitió 400 veces más radiación que la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945, por lo que la ciudad se vio afectada por la radiación y debió ser evacuada. La evacuación fue llevada a cabo en tan solo tres horas por el ejército ruso, cuando la mayoría de los habitantes fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, y los animales domésticos y de ganado fueron sacrificados.

Historia

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Fue fundada en 1970 para dar hogar a los trabajadores de la central nuclear de Chernobyl y a sus familias. Debido a su estratégica posición geográfica en un clima relativamente templado y un suelo muy fértil, la ciudad comenzó a desarrollarse, convirtiéndose en una de las zonas más agradables para vivir en toda la antigua URSS. Debido a eso, la población en sólo 16 años creció hasta más de 40.000 personas.

Ahora

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Actualmente no tiene ningún habitante, más que investigadores, científicos y fuerzas de seguridad que custodian la zona de exclusión. La ciudad es ahora un museo de la era soviética tardía, tiene muchos edificios de apartamentos, dentro de los cuales se encuentran abandonadas fotografías, juguetes de niños, ropa, objetos personales, etc. También hay restaurantes, plazas de juego, hospitales, escuelas y gimnasios que también fueron abandonados. Debido al inexistente mantenimiento de las construcciones, dentro de ellas el moho, hongos e incluso plantas han crecido gracias a la humedad producida al derretirse la nieve de invierno.

Por una larga carretera completamente vacía se llega al puesto de control de la zona de seguridad de 30 kilómetros cuadrados resguardada por el ejército alrededor del área del accidente. El terreno que rodea al antiguo reactor está cercado también por un nuevo perímetro de 10 kilómetros cuadrados, que es donde se considera que hay mayor contaminación. Pripyat era una ciudad de unos 50.000 habitantes, que alojaba a los trabajadores de la planta nuclear de Chernobyl, quienes fueron evacuados días después del accidente, el día de la explosión el viento evitó que la nube radioactiva acabase con todos sus habitantes. En la zona de 30 kilómetros alrededor del reactor había unas 94 aldeas y las ciudades de Pripyat y Chernobyl. Actualmente, tras la masiva evacuación de la población, sólo queda un puñado de aldeas y la pequeña urbe de Chernobyl, donde hay unas 7.000 personas, es decir, menos de 5% de lo que había hace 20 años. La ciudad quedó totalmente suspendida, una muestra de ello es que aún se encuentran símbolos comunistas en los panoramas, por ejemplo, en la casa de voto, todavía están las urnas y los carteles que se mostrarían el 1 de mayo. Sobre el edificio de gobierno, aún están los escudos de la URSS y de la República Socialista Soviética de Ucrania; e incluso partes del himno de la URSS escritas en un edificio.

 

Mas informacion y mas imagenes en:

 

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Mary King´s Close, los laberintos de la muerte.

21.07.2013 02:12

Mary King´s Close, el callejón condenado.

Edimburgo es una metrópoli anclada en épocas pretéritas. Pasear por sus calles es evocar los pensamientos oscuros que hubieron de tomar la mente de Robert-Louis Stevenson para crear el infierno antagónico de Jeckyll y Hyde. Al pisar la Royal mile, la milla real que vertebra la ciudad vieja desde el castillo hasta el palacio de Hollyrood, pocos son conscientes de que bajo este empedrado hubo otra ciudad, callejones de contraluces donde habitan las almas perdidas…

 

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El año, 1347. La peste negra avanza por Europa Central dejando un reguero de padecimientos y muerte sin parangón hasta la fecha. Siguiendo la ruta de Crimea se ha extendido como la pólvora, una vez los mongoles han arrojado con las catapultas los cadáveres de los apestados contra las murallas de Teodosia, allí donde la última colonia de genoveses veían aterrados los efectos de la terrible enfermedad sobre los cuerpos de los afectados. Y de ahí a Italia, Francia, España, Inglaterra… La mitad de la población del viejo continente sucumbe bajo la afilada guadaña de la “muerte negra”, el castigo que en su infinita misericordia los dioses han dejado caer sobre el hombre, frágil vástago de sus propias debilidades… A tal punto llegó la situación, que en el año 1561, el monje carmelita y profesor de teología en la Universidad de París Jean de Venette, aseguró que “tan grande era la mortalidad, que durante largo tiempo, 500 difuntos eran llevados en carretas, con gran devoción, al cementerio de los Santos Inocentes para ser enterrados. Un gran número de santas hermanas, sin temor atendieron con dulzura y humildad a los enfermos y sin pensar en el horror, hoy descansan en paz con Cristo, como nosotros piadosamente lo creemos”. La falta de salubridad en las grandes urbes, las ratas y pulgas –auténticas transmisoras de las imparable pandemia–, el hacinamiento de una población que acudía a las ciudades para otear un futuro más venturoso, los callejones que pasaban por ser enormes estercoleros dada la carencia de un sistema de saneamiento que eliminase tanta basura, convertía a éstas en auténticas incubadoras de virus que campaban a sus anchas, y contra los que el ser humano únicamente podía combatir con un sistema inmunológico deficiente, dada la carencia de medicamentos. Y es que cuando la muerte negra se manifestaba el horror se apoderaba de los entornos, y los apestados se convertían en parias a los que aislar.

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El siniestro nombre derivaba de las enormes manchas de tonos pardo-negruzcos que afloraban en la dermis del “condenado”, a lo que posteriormente seguía, durante aproximadamente tres días de insufrible agonía, la esputación de sangre, tumores de gran tamaño por toda la anatomía –especialmente bajo las axilas y alrededor del pecho–, delirios… marcando el final de una vida, en la mayoría de las ocasiones, castigada por la pobreza. El horror se apoderó de media Europa y parte de la restante, siendo representado de manera grotesca en el arte de tan oscuros tiempos. Así nació el Ars Moriendi –“arte de morir”–, un gusto por lo macabro que llenó de esqueletos, de danzas mortuorias y de tenebrismo, pinturas, esculturas y obras literarias. Trescientos años en los que muchos creyeron ver la siniestra figura de Satanás gobernando aquel infierno…

1665, Edimburgo La gran ciudad del norte del Reino Unido se debate entre las contiendas, más o menos bélicas, que mantienen desde siglos atrás con su vecina Inglaterra, y una epidemia que merma la población por decenas cada jornada. La madera para hacer ataúdes se ha acabado hace días, y se ven obligados a enterrar a los muertos cubiertos por mantas en grandes fosas comunes, y a veces a escasa profundidad. Los cuerpos, en su proceso natural de putrefacción, permiten la aparición de esporas y microorganismos que contaminan las aguas subterráneas de las que se nutre la capital de Escocia, dando pie a nuevas enfermedades. La situación bordea el caos. El callejón de Mary King, en las entrañas de la ciudad antigua, no permanecía ajeno a la feroz epidemia; más aún, sus habitantes, gente humilde cuando no paupérrima, habían empezado a sufrir las consecuencias de la peste bubónica, llamada así porque su síntoma más visible era la inflamación de los ganglios –o bubones–, dejando los cuerpos de los desgraciados llenos de estremecedoras llagas. Tiempo después, cuando todo pasó, pocos pudieron olvidar los estragos causados por la terrible dolencia, y muchos menos la silueta del doctor George Rae, que de manera altruista, enfrentándose a la muerte con una máscara de larga nariz curvada, en cuyo interior había colocado múltiples hierbas aromáticas para evitar el contagio, provocaba espanto en el corazón de niños y adultos, acercándose entre la penumbra, únicamente iluminado por un candil de aceite, para cauterizar las enormes heridas que destrozaban la anatomía de los pacientes. La población del callejón, al igual que en todo el país –y en todo el mundo conocido– se vio mermada en exceso, más aún después de la drástica medida del Consistorio de levantar un muro en éste y otros aledaños para evitar que los enfermos escaparan y extendieran aún más la epidemia. Al derribarlos los cadáveres se amontonaban en casas y empedrados, y la leyenda de que el lugar había quedado maldito empezó a circular de boca en boca… Y así, años, décadas… Los siglos pasaron, y la nueva y floreciente Edimburgo fue ocultando los callejones de los apestados, fortaleciendo sus cimientos sobre tanta muerte y desolación, ocultando de los rayos del astro rey un mundo que en tiempos estuvo sumido en las sombras. Hoy, en pleno siglo XXI, este reino de contraluces permanece intacto bajo las calles principales de la maravillosa capital escocesa.

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Un lugar encantado Accedemos al lugar por un callejón que se sitúa junto al City Chambers. Éste fue levantado una vez demolieron, a mediados del siglo XIX, los delicados edificios que desde tiempos remotos se alzaban a los cielos, construcciones preparadas para soportar dos alturas, e incluso hasta diez, dada la excesiva densidad de población. Sin embargo, esta ciudad subterránea permaneció en pie, si no completamente, sí de segunda planta hacia abajo, que es el punto desde donde se inició el derrumbe. Hoy se rompe el silencio de este mundo de sombras a través de una escalera que parte de una tienda bien surtida de souvenir, en la que se pueden encontrar –algo habitual, pues estamos en Escocia– libros de casas, castillos y cementerios con fantasmas, guías oficiales que nos narran la historia del singular enclave que estamos a punto de visitar, baratijas con diseños varios…; en suma, la parafernalia propia de lugares como éste, el lago Ness, Roma o Jerusalén, cada uno en su propio ámbito… El guía, un simpático hombretón que ha sustituido el kilt –la típica falda escocesa– por un pantalón negro, camisa blanca, capa y sombrero, al más puro estilo de la España del lazarillo, esboza una sonrisa luciendo unas sonrosadas y voluminosas mejillas, pues ya se sabe que el güisqui por estas tierras es manjar de dioses. Con voz profunda nos invita a penetrar en un mundo anclado en ese tiempo de dolor y sufrimiento. Sin embargo, poco importa lo que diga, porque lo que se percibe al iniciar el descenso de los centenarios escalones es más importante. La atmósfera se condensa; la humedad se apropia del ambiente y hay que estar atento a las irregularidades del terreno ya que la iluminación es deficiente; más bien justa. El intento de recrear aquellos días está muy logrado. Las casas se reparten a derecha e izquierda, vacías del bullicio de otras épocas pero, según dicen, repletas de los espíritus de aquellos que entre las paredes de este universo subterráneo sufrieron lo indecible. No es lugar apto para claustrofóbicos. Nuestros pasos retumban en un laberinto de corredores, haciendo que inconscientemente miremos adelante y atrás, allí donde, al menos en apariencia, únicamente queda la oscuridad. Después de los siglos transcurridos, las leyendas se han adherido al enclave, casi tanto como la gruesa capa de polvo que lo cubre todo. Los silencios retumban entre las bóvedas; aquí hubo una cuadra, y hay que tener cuidado para no tropezar con los abrevaderos que se sitúan a ras del suelo. Cuentan las crónicas que a la estancia continua, otra casa independiente, allá por el año 1685 se mudó el anciano procurador Thomas Coltheart. Si bien es cierto que no demasiado tiempo después abandonaría este mundo, hasta que la parca se lo llevó sufrió una consecución de fenómenos anómalos que minaron aún más si cabe su salud. La llegada de la madrugada se convirtió así en sinónimo de desvelo. No en vano, la primera de las apariciones que se produjeron fue la cabeza de un anciano barbado, de mirada lasciva, que parecía desplazarse sin atender a la horrorizada expresión de los espectadores involuntarios. Al cabo de los días fueron numerosos los supuestos espectros que vinieron a romper la tranquilidad de las noches, ya no sólo en la casa de los Coltheart, si no de los inquilinos del callejón, que a estas alturas sabían de las correrías de los misteriosos visitantes. Un fantasmal perro persiguiendo a un gato no menos etéreo, espeluznantes lamentos capaces de encoger el alma del más valiente… Sea como fuere el viejo procurador se fue de este mundo asustado, convencido de la autenticidad de los sucesos que le tocó vivir. Y para dar fe de ello, de la realidad de éstos, no tuvo idea mejor que comentarlo con un amigo. Lo extraño es que cuando lo hizo, llevaba varias jornadas muerto…

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El fantasma de Annie Es probable que a la mayoría de ustedes el nombre de Aiko Gibo les haga pensar en alguno de los protagonistas de la magistral serie Mazinger Z. Podría ser… pero lo cierto es que se trata de una de las médiums más destacadas de Japón. Parapsicóloga, experta en asuntos varios, se encontraba realizando una serie para la televisión nipona, ubicando los lugares del Reino Unido en los que se producían fenómenos paranormales. Escocia y sus castillos, como es lógico, no podían faltar. Sin embargo, cuando el rodaje estaba a punto de finalizar, llegó a oídos de los productores que en el corazón del viejo Edimburgo, más debajo de lo que se veía sobre la gris superficie, había un sitio que merecía la pena visitar… Y allí se fueron, y hubo de ser en la pequeña casa –algo más de 20 m2 para una familia numerosa–, concretamente en la única habitación separada del resto del hogar por una minúscula puerta, donde la dotada –entiéndase la cuestión del concepto– se percató de que en aquel lugar se percibía algo especial; que ciertas energías en las que a veces cuesta creer estaban apretando con ganas su corazón. Intentó salir pero una fuerza irrefrenable la llevó nuevamente al interior. Quedó muda. En el rincón, apenas iluminada por los farolillos que colgaban de las desconchadas paredes había una niña, en silencio, sin mover un músculo.

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Tras los primeros instantes de tensión, finalmente la pequeña aseguró que había sido abandonada en aquel lugar cuando la peste de 1644 comenzó a causar estragos, cebándose con especial intensidad en los habitantes del callejón, dadas las condiciones precarias en las que éstos vivían. Víctima de la plaga, falleció en esta habitación, y únicamente pedía que la llevaran nuevamente con sus padres. Aiko hubo de quedar tan conmocionada como para salir a la calle, y regresar al cabo de los minutos con un muñeco, asegurando a los asistentes de tan peculiar escena que mientras en el vacío arcón ubicado junto a la pared hubiese un juguete, la muchachita descansaría en paz. Annie se ha convertido por méritos propios en el fantasma más célebre de Edimburgo, más incluso que su homónimo animal, el perro Bobbie –ver cuadro–, y son miles, decenas de miles las personas que al cabo del año visitan el hogar de la aparecida, dejando sus juguetes en el polvoriento arcón. Un letrero advierte que una vez repleto se envía su contenido a ONGs que velan por los derechos de los más desprotegidos: los niños. Empero hay algunos que llevan aquí casi el mismo tiempo que el viejo barrio, aportando su particular granito de dramatismo y de oscuridad al entorno… Seguimos ruta. Pasamos por una estancia sobrecogedora: dos camastros infames contienen los cuerpos de Janet Graig y de sus tres hijos. Uno de ellos yace muerto a sus pies, cubierto por la áspera tela de un saco. El otro, primogénito, es atendido por el buen doctor Rae, parapetado tras su horrible máscara de nariz puntiaguda, antepasado directo de las actuales antigás, sombrero en ristre y mirada perdida, mientras el enfermo manifiesta una horrenda mueca de dolor. La mujer, con la mano cubriendo su rostro, asiste al final del más pequeño de sus vástagos, el bebé que se retuerce entre sus brazos. La muerte negra está haciendo bien su trabajo… Una escena igual o parecida se hubo de desarrollar entre estos sombríos paredones. Constancia hay de ello, como de que después, los siglos y los millones de personas que han pasado por el callejón, aseguran observar las presencias de dos pequeños que se desvanecen en la oscuridad. Sean reales o no estas historias, lo cierto es que cuesta imaginar, asomándonos a la pequeña ventana que da al callejón, la tragedia que en pocos años se hubo de vivir en este siniestro enclave; las condiciones en las que se desarrollaron tan terribles acontecimientos; la rutina de un lugar pobre, inhumano… De las ventanas que hay a ambos lados del empedrado, a algo más de dos metros del suelo, surgen gruesas cuerdas que sostienen ropajes que se zarandean a causa de un viento que aquí no procede de ningún lugar. Dicen los que de esto saben que son las almas de de los condenados, abanderados por Alexander Cant, asesinado en 1535 a escasos metros por una mujer que le malquería y una suegra que, ahora sí y dando por cierto el tópico, le odiaba sin esfuerzo. Fue muerto por demandar a la vieja ya que ésta no se había hecho cargo, como mandaba la ley, de cubrir con sus dineros la dote de su hija. La mala mujer fue condenada a morir bajo las frías aguas del cercano lago Nor, dando paso a un contencioso entre Corona y Consistorio de Edimburgo, ya que el rapaz Jaime V quería hacerse con los bienes de la ajusticiada, y el edil de la ciudad se empeñaba en repetir una y otra vez que ella era de allí, y que había sido muerta en la amurallada urbe. La justicia fue más benigna con la esposa, ya que al estar embarazada se conmutó la pena hasta que diera a luz, tiempo que aprovechó para huir a la vecina Inglaterra, donde casó tiempo después con un rico comerciante. Sea como fuere son dos de los espíritus más célebres que los viajeros se pueden encontrar aquí. Al menos eso asegura con criterio el lustroso guía… Nuestro recorrido culmina en la casa de Andrew Chesney, el fabricante de sierras, el último hombre que habitó este rincón del subsuelo de la old town. Es interesante ponerse en la piel de aquel hombrecillo, yermo de cabello y encorvado, que como un alma en pena vagó libre por los hogares, ya abandonados, de los que aquí dejaron tristezas y pocas alegrías. Fue, en contra de su voluntad, obligado a trasladarse a otro lugar ya que toda esta parte del inframundo que ocupaba iba a quedar sepultada bajo los escombros. Finalmente no fue así, por lo que la tradición manda que si uno desea acceder al hogar de Chesney, primero ha de golpear la puerta varias veces y pedir permiso a su dueño, pues según relatan los testigos, éste es gruñón y así lo demuestra cuando uno menos lo espera. Atrás queda el callejón de los secretos, no sin antes dejar que el grupo se adelante, para disfrutar unos instantes de su soledad; de su silencio. Y es que si el pasado permanece retenido en un fragmento del espacio-tiempo, ahora, mientras observo las centenarias casas abandonadas, hay un instante de esa época en el que los apestados se zarandean buscando apoyo en las paredes del empinado callejón; un momento en el que Chesney, malhumorado como casi siempre, cierra de un fuerte tirón la puerta de su casa; una secuencia en la que Annie llora desesperada pidiendo a los cielos que sus padres, muertos por la peste, regresen junto a ella… Sensaciones que únicamente se pueden experimentar en lugares como éste, el más célebre de los muchos, muchísimos que permanecen ocultos bajo la ciudad que se abre a los cielos, sitios en los que un don atrofiado años atrás, la imaginación, se manifiesta con intensidad. Imaginación, o realidad; quién sabe…

EL NEGRO MIGUEL DE BURÍA

21.07.2013 00:34
  • Acaudillada por el Negro Miguel en 1533 en las minas de Buría y su región, es considerada como la primera rebelión de negros en la historia de Venezuela. Durante el gobierno de Juan de Villegas Maldonado, a mediados del siglo XVI, se intensificó la necesidad de adquirir mano de obra esclava, tras el descubrimiento por parte de Damián del Barrio de una importante veta de oro en las márgenes del río Buría, cerca de la ciudad Nueva Segovia de Barquisimeto, fundada en 1552 por Villegas. El descubrimiento de estas minas causó una gran conmoción en la población de la ciudad de El Tocuyo (fundada en 1545), pues revivió la idea del antiguo y enigmático Dorado. En tal sentido, muchos vecinos motivados con la posibilidad de enriquecerse, organizaron y llevaron sus esclavos, mineros o agricultores, hacia la nueva veta. A fines de 1552 son trasladados a la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, 80 esclavos negros para dedicarlos al trabajo en las minas, surgiendo así el Real de Minas de San Felipe de Buría (cerca de Nirgua, en el actual estado Yaracuy).

  • Entre los esclavos que llegaron a el Real de Minas de San Felipe de Buría, figuraba uno oriundo de San Juan Puerto Rico, el cual se distinguía por su rebeldía y arrojo, el Negro Miguel, quien era propiedad de Pedro del Barrío, hijo de Damián del Barrío. Dado su carácter indomable, en 1553 Miguel huyó con unos compañeros a las montañas, desde donde preparó un ataque al Real de Minas, resultando muertos varios mineros en medios de la oscuridad de la noche. A partir de este exitoso asalto, el Negro Miguel se hizo fuerte en las montañas y su fama crecía día a día, siendo seguido por indios y negros levantiscos con los cuales lo que consideró como su reino, pues el mismo se nombró rey y a su mujer, Guiomar, la hizo coronar como reina. Asimismo, su pequeño fue reconocido por todos como su heredero. También nombró obispo a uno de sus compañeros y conformó una comunidad a semejanza de los pueblos de los españoles, con sus autoridades y empleados. Con el tiempo el Negro Miguel y sus seguidores se convirtieron en un azote para la región y su presencia comenzó a trastornar las tareas de explotación de las minas.

  • En ocasión de una ataque del Negro Miguel a la recién fundada ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, la misma fue defendida valerosamente por sus pobladores capitaneados por Diego García Paredes y Diego Fernández de Serpa, junto a un refuerzo que llegó de la ciudad de El Tocuyo, dirigido por Diego de Losada y Diego de Ortega. En definitiva, el asalto del Negro Miguel quien fue asesinado a Barquisimeto fue rechazado y sus seguidores fueron perseguidos y nuevamente reducidos a la esclavitud. Según el testimonio de capitán Diego de Ortega, uno de los jefes de las fuerzas de El Tocuyo, fue García Paredes el que mató al rey Miguel.

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